¡No un reloj cualquiera! En este caso hecho por la profesora de las clases de alfarería canaria, Tere Campos. En el último año he asistido con regularidad a las clases impartidas en la Universidad Popular, dos veces por semana. Siempre me había llamado la atención este difícil arte y he venido desarrollándolo como hobbie en los últimos tiempos. El tiempo vuela dando forma al barro. Termino el curso con la convicción de volver el próximo.
Para celebrar el final de curso Tere decidió sortear dos relojes, uno el miércoles en clase y otro el sábado, que se realizará en Moya donde cocerán las piezas que hemos creado cada uno de nosotros. Yo no podré asistir, una pena. Para participar en el sorteo era necesario canjear un paquete de gofio por un boleto. El gofio irá al banco de alimentos y, de ahí, a gente que realmente lo necesita. Un muy bonito gesto por parte de la profesora y por parte de todos los compañeros del curso -y de otros cursos- que participamos.
Me hace una ilusión enorme, lo confieso. En mi
corta vida no tengo recuerdos de que me haya tocado mucha cosa en los sorteos, y entre tantos como participábamos había muchas probabilidades de que no me tocase. Además, en este caso es especial, no solo porque el reloj es precioso, tal como pueden comprobar, sino por el cariño y dedicación con que están hechos. A lo que habrá que sumar la cantidad de buenos recuerdos que me llevo. Durante este tiempo he conocido a gente maravillosa, he compartido muchísimas risas durante las cuatro horas semanales de clase y, aunque parezca contradictorio, han sido infinitas las charlas de carácter gastronómico (con alguna merienda en la que todos traíamos platos para compartir y algunos lo cocinábamos allí). Pero, sobretodo, el haber aprendido un bonito oficio que anda ya en peligro de extinción. Como el oficio, los artesanos son también especie condenada a desaparecer si todo sigue igual. Tan solo las iniciativas de este tipo consiguen que no los olvidemos definitivamente.
Resultados de algunas de las charlas gastronómicas.
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Relleno de pollo para tacos |
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Guacamole |
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Guiso de judías |
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Pan fermentado |
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Horneando el pan en horno de barro |
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Dándole brillo a la tapa de mi tajín |
Para terminar agradecer a Alberto, la mano inocente, que sacase mi número.
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Alberto y yo en la entrega del premio |