La primera vez que me decidí a hacer falafel, tenía visita y como siempre hago comidas que nunca antes había hecho, corriendo el riesgo que no quede del todo bien y... ¿yo?, pues sí, mi sensación es que quedo fatal sobretodo si nunca antes han probado mi comida, aunque también es verdad que depende el grado de confianza que tengas con la visita. El caso es que resultó un desastre, en aquella receta se utilizaban los garbanzos cocidos ¡craso error!, los garbanzos son crudos y claro, quedaron horribles y yo directamente pasé de comerlos. He tardado mucho en volver a repetir porque soy así, Dios me hizo así, si me falla una receta me olvido un poco de ella y sigo con otras, también es verdad que luego los probé un día en uno de estos establecimientos de moda que los meten en pan pita y no me gustaron, pero un día me tropecé con esta receta y aquí está el segundo intento, exquisitos y muy fáciles de hacer.
Ingredientes:
- 300 g. de garbanzos secos.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajos.
- 4 cucharadas de perejil fresco.
- 4 cucharada de cilantro fresco.
- 1 cucharadita de comino molido.
- 1 cucharadita de levadura Royal.
- Sal y pimienta.
- Aceite de oliva suave, para freír.
Ponemos en remojo los garbanzos, como mínimo 24 horas antes, si pueden dejarlo 12 horitas más, mejor, cambiando el agua una vez.
Una vez hidratados los garbanzos, los escurrimos y los ponemos encima de papel absorbente o paño limpio para eliminar la mayor cantidad de agua posible. Mientras metemos en la thermomix o picadora la cebolla troceada, los dientes de ajos troceados, el perejil, el cilantro, el comino molido, la levadura, la sal y la pimienta y trituramos un poco, a continuación añadimos los garbanzos y volvemos a triturar todo junto hasta que consigamos una textura granulada, terminar de mezclar con una espátula si lo vemos necesario para que no se triture demasiado. Formamos una bola con la masa y la envolvemos en un paño limpio para que repose una hora en un lugar fresco o en su defecto en la parte superior del frigorífico.
Pasado el tiempo de reposo, preparamos las bolas de falafel. Nos mojamos las manos para que nos sea más fácil manejar la masa y no se nos pegue, hacemos bolas del tamaño de una nuez aproximadamente y apretamos bien para escurrir el agua que aún pueda quedar, se le puede añadir un poco de harina, mejor de garbanzo con mucho cuidado no se queden secos, yo no le puse. Según el tamaño, pueden salir unos 25 falafel aproximadamente, yo los hice como para comer en dos bocados, también es verdad que mi boca no es muy pequeña que digamos... pero tampoco un buzón.
En una sartén o caldero más bien pequeño, ponemos a calentar el aceite, con cuidado que no humee y los vamos friendo a pocos para que no se enfríe el aceite y se puedan deshacer, yo los tuve dos minutos cada vez y le daba vueltas cada 30 segundos mas o menos para que quedaran parejos.
Si lo intentan ya me contarán que les ha parecido, uno que yo sé está deseando repetir.
Fuente: Recetas de rechupete